Memoria
Se trata de uno de los mejores ejemplos de la campaña de promoción de dotaciones escolares que la Villa de Bilbao realizó en los años anteriores a la Guerra Civil, en las que por primera vez los programas escolares eran permeables a las innovaciones pedagógicas del escenario internacional. Pedro Izpizua, informado sobre las aportaciones del racionalismo a la arquitectura de su época, aprovechó el ambicioso programa para aplicar postulados de las nuevas corrientes arquitectónicas bajo su propia visión personal, muy influenciada por el expresionismo.
El edificio, ubicado en un accidentado solar en ladera, se resuelve creando una serie de volúmenes aterrazados que se organizan longitudinalmente a lo largo de la calle de acceso. Existe una clara voluntad escultórica en la composición del conjunto, en la que destaca la monumental torre central y el juego de volúmenes con los que se rematan los extremos del edificio.
«Las fachadas que dan a la calle y al patio concentran un protagonismo dual en el que las fachadas laterales prácticamente desaparecen, siendo el dialogo que se establece entre sus dos fachadas uno de su valores más reconocidos, una de referencias industriales, más permeable y acristalada, y la otra masiva y articulada» (Alberto Mínguez Ropiñon: Pedro Izpizua. Arquitecto, Bilbao: COAVN – Bizkaia, 2005).
David Sánchez Bellido
Uso original: Uso docenteCentro de enseñanza primaria/instituto
Reportaje fotográfico: Jesús Martín Ruiz
Incluida en:
Plan Nacional de Conservación del patrimonio cultural del siglo XX Ver ficha
Categoría: Nivel A
Registro: Los equipamientos modernos
Bibliografía:
Tesis relacionadas:
- "La arquitectura de Pedro Ispizua Susunaga", de Minguez Ropiñon, Jesus Alberto
- "La arquitectura racionalista en Bilbao (1927-1950): tradición y modernidad en la época de la máquina", de Muñoz Fernández, Francisco Javier
- "La tradición de lo nuevo en el País Vasco. La arquitectura de los años treinta", de Sanz Esquide, José Ángel