Colégio São Francisco Xavier

Con un programa funcional complejo y de gran precisión, el colegio de San Francisco Javier está distribuido mediante una serie de volúmenes independientes, pero interconectados, que confieren una expresión nueva al sentido colectivo, comunitario, de la institución religiosa.

A través de una composición articulada, de una implantación y una distribución racionales, el colegio de San Francisco Javier constituye una alternativa a la tipología espacial del claustro, esencial en toda la historia de la arquitectura de la Iglesia. La edificación introvertida tradicional —que rodea por completo un espacio descubierto y contenido— se sustituyó por un conjunto de definición moderna, con volúmenes elementales independientes dispuestos en un espacio continuo y no cerrado.

La construcción se resolvió con coherencia, recurriendo a un empleo profuso de las estructuras de hormigón armado (consolas periféricas que reducen los vanos que se han de salvar, losas con vigas invertidas y rellenos aligerados y marcos de carpintería de hormigón moldeado), gran sencillez formal y una racionalización evidente de los procesos, fruto de una coordinación métrica rigurosa de los elementos modulares.
João Paulo Martins