Memoria
José Beltrán Navarro, siendo arquitecto provincial de Huesca en 1933, acomete uno de los proyectos racionalistas más importantes de la trama consolidada de la ciudad, en un angosto solar frente a la plaza de la Catedral. En la casa de San Agustín, también llamada «de las lástimas» por su ubicación, Beltrán saca el máximo partido a la situación angular del edificio y realiza una propuesta de gran rotundidad y expresividad, a pesar de los condicionantes topográficos y morfológicos del solar.
Sobre un basamento de ladrillo, que resuelve el desnivel existente entre las calles de las Cortes y de Ricafort, emergen las cuatro plantas revocadas en color rojo siena. La utilización de miradores continuos en las tres plantas alzadas, cuyas formas curvas destacan sobre el chaflán poligonal de mayor altura, proporciona una secuencia volumétrica de gran plasticidad que se integra adecuadamente en la escena urbana. La estructura interna de dos viviendas por planta utiliza el chaflán de acceso como eje principal de simetría y permite establecer los espacios sirvientes en torno a un patio interior de manzana para liberar las demás estancias hacia la calle.
Marta Delso y Alejandro Deán
Uso original: Uso residencialVivienda colectiva
Reportaje fotográfico:
Categoría: Nivel A
Registro: La vivienda moderna