Casa Real

Situada en la urbanización La Ninfa de Santa Cruz de Tenerife, la Casa Real aprovecha la pronunciada pendiente del terreno para escalonar las sucesivas plataformas que configuran la vivienda. Se desarrolla fundamentalmente en tres niveles: en el inferior y más cercano a la calle de acceso, se sitúan las zonas comunes –despacho, estar, cocina y comedor– que se abren a un amplio jardín delantero; en el intermedio la zona de dormitorios; y en el último nivel las áreas de servicio y la terraza-solárium que, junto a la piscina, configuran un íntimo jardín trasero. Una escultórica escalera exterior, con peldaños en voladizo, enlaza los distintos niveles y pla¬taformas ajardinadas mediante un recorrido continuo que nos permite construir una imagen secuencial de la vivienda. En un ejercicio de adaptación al medio, la casa utiliza la lógica de los bancales agrícolas, prolongando las plataformas horizontales del espacio habitable en amplios volados que se independizan de los muros de mampostería que escalonan el terreno. Pero esta independencia no es sólo formal, es también material; los antepechos que marcan los bordes de las bandejas habitables, están realizados en hormigón visto blanco, que contras¬ta con los oscuros muros de lajas de piedra basáltica, dispuestos al modo tradicional. Dos materialidades yuxtapuestas de la piedra -el hormigón armado es la piedra moderna- nos hablan de una aproximación no mimética a las técnicas tradicionales que utiliza las terrazas abancaladas para construir las formas de la accidentada geografía insular. La Casa Real es un ejercicio de adaptación al medio que concibe el espacio doméstico como un jardín escalonado. Comienza así una trayectoria proyectual que fija su interés en el contex¬to natural. 

Juan Antonio González Pérez