Resumen
Cerca del Estrecho de Gibraltar, en la prolongación de la Costa del Sol, se desarrolla en los comienzos de la década de los 60, una arquitectura de gran relevancia y singularidad, hasta hace poco tiempo, escasamente reconocida. En esta situación privilegiada junto al mar Mediterráneo se enclava Sotogrande, en el estuario del río Guadiaro. La investigación se centra en la génesis de la urbanización de Sotogrande del Guadiaro (San Roque, Cádiz), como asentamiento suburbano moderno (1962-1977), y su arquitectura, analizando y comparando con otros modelos turísticos de ciudad jardín. Mediante el examen de la arquitectura moderna y el urbanismo en este territorio caótico, pero a la vez cosmopolita y globalizado, se profundiza en la crítica arquitectónica de los edificios más representativos. La tesis doctoral profundiza en el análisis de esta arquitectura en las décadas de los ´60 y ´70, en el litoral de Sotogrande, y su relación con el modo de habitar contemporáneo. La relación de la casa con el paisaje mediterráneo y el mestizaje entre la arquitectura moderna y la vernácula producen una nueva experiencia, que supondrá una aventura arquitectónica para los arquitectos españoles Luis Gutiérrez Soto, José Antonio Corrales, Ramón Vázquez Molezún, Javier Carvajal y José Antonio Coderch, y otros menos reconocidos como José Ramón Azpiazu. El lugar como fuente de inspiración y el empleo de elementos de la arquitectura popular en la construcción arquitectónica demuestran que la casa que proyectaban era una casa pragmática, destinada más al descanso y al ocio que a la propia concepción heideggeriana de habitar. Se trataba de una casa de veraneo, como Bernard Rudofsky, amigo personal de Coderch, comentaría sobre su casa en Frigiliana: “La hice pensando en el verano”. Desde el momento de su concepción, la casa se destina al confort y al bienestar. El arquitecto pragmático piensa la casa de verano para el habitar hedonista y descubre la relación entre el paisaje y el modo de vida en la naturaleza. El proyecto representa aquí la conquista del paisaje por la arquitectura moderna. En este lugar privilegiado del litoral puede observarse el interés por fusionar la arquitectura popular y mediterránea con la arquitectura orgánica del Movimiento Moderno. Dentro de la austeridad con la que se muestra esta aparente arquitectura sencilla y desprovista de todo tipo de elementos superfluos, se esconde una incipiente experiencia hedonista, que hoy detectamos mediante el análisis crítico de la arquitectura desde una visión contemporánea. La investigación descubre una arquitectura enraizada en el litoral mediterráneo, donde se habita a la vez en la propia casa y en su medio circundante. Se produce la hibridación entre la arquitectura vernácula y la arquitectura moderna, que destaca por la ausencia de protagonismo de lo artificial, por su sobriedad, por su énfasis de lo natural. Un fuerte grado de pragmatismo para satisfacer la necesidad de la ciudad y la arquitectura para el turismo, para el placer que da el disfrute junto al mar, respondiendo así a una concepción contemporánea del habitar en la búsqueda del bienestar epicúreo del hedonismo.
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