Resumen
Esta tesis doctoral tiene por objeto profundizar en el conocimiento de los efectos del paso del tiempo sobre las fachadas, con un interés centrado en el área de influencia y el punto de vista del arquitecto proyectista. La hipótesis de partida es que desde la fase de diseño se pueden adoptar estrategias de proyecto para influir en la evolución que va a tener una fachada en el tiempo. El objetivo final sería prolongar su vida útil y mejorar las condiciones de conservación, pero también conseguir una mayor coherencia de las huellas del paso de los años con los planteamientos arquitectónicos del edificio. La vida de una fachada y su final dependen de los procesos de obsolescencia que le afectan. Éstos pueden ser de diverso carácter: físico, técnico, funcional, económico, psicológico o incluso de influencia externa. Predecir cómo se va a comportar un elemento constructivo presenta múltiples intereses, como el ajuste de la inversión económica inicial, la previsión de los recursos necesarios para la conservación o incluso la delimitación de las responsabilidades de los agentes implicados. La tesis se basa en la inspección y análisis de un conjunto de fachadas de la ciudad de Barcelona construidas en el siglo XX. La principal herramienta para detectar la existencia de procesos de obsolescencia es la identificación de alteraciones sobre la composición original. Los cambios son la evidencia de desajustes o problemas, y sus causas indican el carácter de la obsolescencia que los afecta. La inspección del estado de los casos de estudio permite contrastar el comportamiento real de los diferentes subsistemas constructivos en relación a las expectativas de vida útil que aparecen en la literatura. Se comprueba que la realidad es más compleja que las previsiones y que la mayoría de fachadas no responden a un final de vida único y claro, sino que lo más habitual es un proceso de alteración paulatino, con un límite difuso, si bien las tendencias coinciden, en general, con las referencias de la literatura. Mediante el repaso sistemático de los efectos de los diferentes tipos de obsolescencia sobre los casos de estudio se identifican los principales factores de influencia y su relevancia relativa. Se constata que algunos de los factores más influyentes tienen que ver con las condiciones materiales de las fachadas, pero que también han sido relevantes otros factores relacionados con las condiciones de uso, las circunstancias económicas o la composición formal. El análisis de los casos donde se han producido las alteraciones más severas permite apreciar que el final de vida no suele responder a un factor único sino más bien al efecto combinado de varios tipos de obsolescencia. Entre los casos de estudio se reconocen perfiles de comportamiento con unos rasgos comunes que suelen coincidir con una evolución similar en el tiempo en relación al grado de alteración y el estado de conservación de los cerramientos. A partir de estos datos es posible identificar diferentes medidas a tener en cuenta en la fase de diseño de una fachada para influir en su comportamiento futuro. Todas ellas tienen que ver con la resolución constructiva y formal, que es el principal ámbito de influencia del diseñador. Lo que ha sucedido con los casos analizados es también extrapolable, hasta cierto punto, a los edificios que se están construyendo hoy en día. Se comprueba que algunas de las tendencias actuales en la resolución tecnológica de las fachadas suponen una menor expectativa de vida útil y un creciente protagonismo de obsolescencias diferentes al deterioro físico. Todo ello indica que la vida de las fachadas contemporáneas será muy diferente a las de tiempos pasados, una cuestión a tener en cuenta con el fin de conseguir un uso más eficiente de los recursos económicos y medioambientales.
Ver tesis