Al final del primer cuarto del siglo XXI, la arquitectura del movimiento moderno se ha consolidado como una línea de investigación extendida en el territorio ibérico, filtrando y contaminando las Escuelas de Arquitectura, los Colegios de Arquitectos, y las instituciones públicas autonómicas y municipales. Junto con las conquistas, se detectan los retos que enfrenta nuestra tan apreciada arquitectura del movimiento moderno.
Sí. En España también fuimos modernos/as.
El presente artículo reflexiona sobre la autoría como pieza crítica en la profundización y complejización del conocimiento y valoración patrimonial, pero también en la sensibilización y participación social hacia nuestras arquitecturas de la modernidad ibérica. La temática ‘magistral’ nos sirve así de manera transversal para reflexionar sobre geografías y lugares, aproximaciones y métodos, comunicación y participación. Para ello, partimos de obras modernas ibéricas ‘periféricas’, y en concreto del sur ibérico andaluz, obras con las que recorremos el marco temporal considerado del movimiento moderno.
En el estudio de cada maestro se despliegan, a través de una obra momo, los procesos investigadores, pero también vitales que han rodeado su patrimonialización. El descubrimiento feliz, la experiencia de fuentes primarias como un archivo familiar, del propio edificio y la interacción con la red de agentes que ésta cose, exploran lo experiencial y emocional como componente ineludible de su conocimiento, en el que podemos encontrar la conexión y apropiación social. La fotografía completa esta reflexión propositiva, apostando por la capacidad comunicativa de este soporte, pero también deja abierto su potencial para provocar la participación. Participación efectiva a partir de la consolidación de una red de agentes a distintos niveles hasta llegar a la ciudadanía, que permite la constante actualización movimiento moderno, asumiendo así la concepción dinámica y cambiante del patrimonio.