Abstract
La tesis consiste en un análisis y crítica de seis colonias construidas y un proyecto no ejecutado en la periferia de Madrid, promovidas por una asociación privada, El Hogar del Empleado, y proyectadas por un grupo de arquitectos que colaboran para esta tarea durante una década. Sus autores de sobra conocidos en la arquitectura de vivienda que se hace en España, trabajan en este caso concreto en equipo y para un ente privado con unas pretensiones que difieren en parte de las intenciones oficiales. Estas dos características plantean a priori el interés de seguir el desarrollo de todas las colonias construidas que abarcan además un momento tan importante en la arquitectura madrileña como es la década de los cincuenta. El equipo se forma en un primer momento con José Luis Romany, Francisco Sáenz de Oiza, Manuel Sierra y Adam Milczynski, al que posteriormente se une Luis Cubillo. Esta primera generación se completa con las colaboraciones de Carlos Ferrán y Eduardo Mangada, primero como estudiantes y luego como arquitectos que integran una segunda generación. El aparejador y estudiante de arquitectura Emiliano Fernández completa la oficina técnica del Hogar del Empleado. Este equipo se reúne a trabajar por las tardes en la sede de la asociación, en la calle Cadarso y posteriormente en los estudios-viviendas que ellos mismos proyectan en la colonia Pta. del Ángel. El Hogar del Empleado, fundado por el jesuita Tomás Morales en 1946 como una entidad benéfica de carácter mariano, se crea para apoyar a trabajadores empleados, a jóvenes que acuden a la ciudad y que están formando nuevas familias. Hay que entender el éxito de esta misión por la posibilidad de ofrecer un enraizamiento y unas relaciones a las personas que se desligan de sus lugares de origen y empiezan a instalarse en una gran ciudad como Madrid. Muchos miembros de esta asociación son empleados de bancos, cajas de ahorros, compañías eléctricas, de seguros… Estas empresas apoyan económicamente la creación de viviendas para sus empleados. También cuentan con el apoyo del Instituto Nacional de la Vivienda que da el visto bueno a las asociaciones de trabajadores ligadas a la Iglesia que promueven vivienda social. La Constructora Benéfica del Hogar del Empleado realiza unas 6000 viviendas desde 1952 hasta 1966. Ni el volumen de obra ni la calidad proyectual de las viviendas resulta insignificante, como ejemplo de la vivienda social madrileña de esta década. Muchas de las colonias aparecen reflejadas en revistas de la época, sobre todo en Hogar y Arquitectura, en las guías de arquitectura madrileña hechas a posteriori y en las monografías de los arquitectos más célebres del grupo. Sin embargo estas publicaciones son puntuales en las revistas, sometidas a apunte o seleccionadas en las guías y reducidas en las monografías, por ser obras de juventud o ante proyectos de mayor envergadura que se apropian de más espacio de publicación. Por todo ello ha parecido de interés una investigación más profunda de las mismas para completar todos los documentos, para hacer comprensible la obra en su totalidad y para relacionar unas con otras, ya que al estar condensadas en una década las hace ser dependientes entre ellas, con las obras que acometen en paralelo y de forma independiente los miembros del equipo y con las realizaciones en vivienda social que se están produciendo en otros lugares.
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