Restaurante-Bar

El lema: la construcción de una nueva travesía/ puerta de entrada en una cota alta de la ciudad.
Con el objetivo de facilitar el acompañamiento de las fases de evolución del puente se procedió a la construcción de un «puesto de observación», a modo de primera platea, a los pies del inmenso palco de la zona de obras.
El carácter desnudo y libre de compromisos del trecho ribereño, comprendido entre el extremo de la desembocadura de Massarelos y la ladera de Arrábida, creo la coyuntura necesaria para que el edificio se posicionase en una dimensión de la ciudad hasta entonces sólo permeable a estructuras caducas.
La audacia técnica se plasma en una estructura que, en un dualismo constante, aparece ora amarrada, ora libre gracias al aterramiento de la carretera, oscilando sobre el río – la irreductibilidad y la independencia de la materia y la energía, la disponibilidad en la absorción de las líneas de un lenguaje neoplástico de estilo moderno – que no puede dejar de recordarnos las raíces del diseño holandés de De Stijl, y el paralelismo portugués en el diseño de los osados rasgos y distribuciones de planos – extensiones de un meticuloso estudio de los trabajos de Arménio Losa, así como de la influencias de la escuela de Viana de Lima – nos llevan a divagar acerca de la hipótesis de que esta estructura no se desarrolló ningún momento como algo provisional.
Edson de Sá Cardoso y Hugo Dourado