Real Club Náutico de Madrid

El edificio, planteado en dos fases, se dispuso sobre un promontorio rocoso debido a las variaciones del nivel del pantano y para favorecer las magníficas vistas. En la parte inferior se planteaba el embarcadero con su espolón, grúa, almacén y taller de embarcaciones y, en la primera planta, el edificio social, con los vestuarios, estar, salón, bar y las amplias terrazas al embalse, y, en la segunda, no construida, un gran espacio diáfano con salones abierto con grandes huecos de vidrio a otra terraza sobre la cubierta de la planta inferior.

Se construye con unos pórticos de hormigón vistos de grandes vuelos que presentan un fuerte carácter neoplasticista y brutalista, que contrastan en su potente geometría con las rocas graníticas del entorno y sus expresivas sombras arrojadas con los paños enfoscados y pintados de blanco de los cerramientos.

Frente a la masividad de la estructura de corte fabril, se emplean ligeros sistemas de cerramiento, cubrición y división de interiores, siempre con una ambientación náutica reflejada en las escaleras tipo barco, la madera, las barandillas, etc., donde el mobiliario, integrado con la arquitectura, es el definidor de los espacios. Alberto Sanz Hernando. Servicio Histórico, Fundación Arquitectura COAM