Piscinas municipales

Este complejo deportivo es el resultado de un concurso municipal convocado en 1965, en una parcela rectangular de 350 x 87 me, paralela y contigua al cauce del río Arlanzón.

El proyecto, se compone de varias piscinas exteriores. Dos son de forma rectangular y medidas estándar, 25 y 50 m, para la práctica de la natación. La mayor de éstas contaba con un conjunto de trampolines de saltos, una estructura escultórica de hormigón demolida de 10 metros de altura. Otra piscina, denominada de no nadadores, tiene forma irregular y menores profundidades. Finalmente, dos piscinas infantiles.

Cuenta también con una instalación cubierta, con estructura de hormigón armado en la zona de graderíos y pilares ahusados que recogen el apoyo unos imponentes pórticos metálicos quebrados biarticulados, con luces de 35 m y un voladizo de 4,5 m. Se trata de un edificio simétrico compuesto por dos volúmenes rectangulares paralelos de diferente altura y longitud. El menor, aloja los vestuarios mientras que el más voluminoso alberga dos vasos, para los nadadores experimentados y para principiantes con un graderío lateral de 550 plazas para el público. Las fachadas, resueltas con grandes paños de vidrio, permiten la vista del resto de las piscinas.

Los vestuarios y el acceso de la piscina cubierta iban a servir para todo el complejo deportivo pero, finalmente, se construyeron otros vestuarios y aseos para las piscinas exteriores y una segunda entrada que nos conduce a un edificio de aire náutico, con terrazas, escaleras y una proa semicircular con dos usos diferentes:  bar-restaurante, y depuradora de las aguas, semienterrada y en una posición central en el conjunto. Construido en hormigón armado, destaca la terraza semicircular del restaurante en el plano superior con perfecto asoleo y vistas para los comensales

Se buscó el equilibrio entre la superficie de agua y las áreas ajardinadas y zonas de sombra, para una estimación de hasta 2.600 personas diarias.

Arturo González de la Fuente