La Panificadora

En 1923, el entonces presidente de la Compañía Panificadora Viguesa, encarga a Gómez Román el proyecto para la construcción de una fábrica de pan y los correspondientes almacenes de grano. La nueva fábrica se inaugura al año siguiente. En el conjunto de los edificios que conforman la fábrica se utilizan diferentes elementos estructurales de madera, metálica y de hormigón armado, en un largo proceso que durará varios años hasta ser completada en su totalidad – cuando disponga de talleres, gasolinera y planta de producción eléctrica -, constituyéndose en un buen ejemplo de este periodo tan dinámico de la industrialización viguesa, alcanzando a mediados de los años treinta su máxima producción, en la que transforma las partidas de trigo provenientes de Argentina. Es de señalar que su producción de harinas no se limita al mercado vigués y gallego sino que éstas se distribuyen también por otros territorios de la geografia hispana.

En 1930 se procede a la construcción de dos grupos de silos, cuatro de planta circular, con un diámetro de 5,15 m y altura superior a los 22 m, entre los que circula un ascensor, y seis de planta oval, rematados en una cubierta inclinada también de hormigón. Las paredes de estos silos, con un espesor de 10 cm, fueron levantadas mediante encofrados deslizantes, constituyendo una magnífica volumetría que afirma su presencia en medio de la ciudad.

El conjunto edificado ocupa un amplísimo solar de forma relativamente triangular, en terrenos próximos al actual edificio del Ayuntamiento. Esta condición de centralidad ha hecho que se haya intentado en varias ocasiones su derribo, lo cual significaría, sin duda, una gran pérdida para el patrimonio arquitectónico de Vigo pues, como en algún otro lugar he escrito, estos silos bien pudieron haber ilustrado el libro de Reyner Banham La Atlántida de hormigón, en el capítulo “El elevador de grano”, además de ser un ejemplo único de este tipo de artefactos industriales en Galicia y muy escaso en la península.
Celestino García Braña