Fábrica de Cervezas El Águila

Ubicado en un terreno rectangular sin accidentes topográficos importantes, este edificio de Rafael de la Hoz comprende diferentes zonas: de fabricación con silos, generadores de vapor, cocción, molinería y transformadores; bodegas; envasado y almacén de lleno; zonas de público; dirección y administración; y circulación rodada.

La zona de fabricación y silos se dispone de manera lineal para simplificar la ubicación de la maquinaria y la recogida, y para facilitar futuras ampliaciones. Los silos se aprovechan para situar en su coronación los depósitos de agua y evitar, según el autor del proyecto, la “formación independiente de unos costosos y antiestéticos depósitos, a la vez que se aumenta la compresión de las paredes del silo mejorando sus condiciones metálicas (…); éstos son de hormigón visto y en su gran altura, muy visible, se grabará la marca de la sociedad”. El recinto de cocción queda abrazado por las salas de refrigeración y filtrado del mosto; estos espacios son visibles desde una galería posterior para los visitantes, a través de particiones transparentes. Las máquinas están próximas a los baños de salmuera situados en los sótanos, a la torre de enfriamiento y a los puntos del consumo del frío. El perímetro de la zona de bodegas está aislado y protegido por otras construcciones; su crecimiento podría triplicar su capacidad.

En la zona de envasado, emplazamiento próximo a las bodegas y a los generadores de vapor, el proceso de trabajo se realiza linealmente, primero en el almacén de vacío, pasando a la botillería, que está dentro de una nave diáfana con una cubierta en diente de sierra que asegura la ventilación superior así como la iluminación; ésta es apta para cuatro trenes de embotellado y se pueden prever futuras ampliaciones. El almacén de lleno, al igual que los espacios anteriores, es ampliable, absolutamente diáfano y constituye la etapa final del envasado.

En la zona del público, según el autor, “fue estudiado un circuito de visitantes que recorre contemplando sin molestar todas las secciones mediante una galería vidriada en la zona de fabricación y una pasarela en botellería, acabando en una sala de degustación”.

La zona de administración y dirección está conectada con la fábrica mediante un porche cubierto. Consta de despacho, sala de visita y servicios.

Desde un punto de vista estructural, para que la zona de fabricación fuese diáfana, se dispuso un sistema de vigas de celosía. La fachada se moduló con divisiones verticales. En la composición del conjunto destaca el prisma vertical de los silos: el muro de las zonas de fabricación funciona como cortina diáfana frente al bloque ciego del almacén de vacío; la horizontalidad opaca del almacén sirve como fondo para el nombre de la sociedad.

En esta fábrica, Rafael de la Hoz siguió las mismas características formales, de composición y funcionales que la que realizara con anterioridad para la misma compañía en Córdoba.
Paloma Barreiro