Estación de comunicaciones por satélite de la Compañía Telefónica

Al nordeste del término municipal, próximo al límite de Piñuécar-Gandullas y sobre un paraje llano, se emplaza este complejo que aloja uno de los primeros centros de seguimiento de comunicaciones por satélite que se realizaron en Europa. El programa, ambicioso pero limitado en cuanto a los medios constructivos y los cortos plazos que se impusieron a la ejecución de la obra, incluía además de la estación un centro de estudios de telecomunicaciones con una residencia aneja de treinta habitaciones.

El contenido tecnológico del conjunto contrasta con la solución adoptada por Cano Lasso y Ridruejo, que optaron por un edificio de ladrillo muy masivo, siguiendo la línea de anteriores obras de Julio Cano para la Compañía Telefónica como la Central del barrio de la Concepción en Madrid. La amplitud del solar y su plana topografía permiten una disposición expandida sobre el territorio de distintos cuerpos de dos alturas sobre rasante más una semienterrada, con lo que el complejo edificado se integra directamente en el terreno, dejando todo el protagonismo al perfil espectacular de las grandes antenas parabólicas.

El conjunto se distribuye en dos partes separadas: por un lado, dos pabellones dispuestos en ángulo recto que albergan un aparcamiento, almacenes y grupos de fuerza; por otro, un conjunto de cuerpos con abundantes entrantes y salientes cuyo elemento de articulación, a modo de charnela, es un patio-claustro. Este elemento distingue e integra al mismo tiempo las dependencias propias de la estación –despachos, sala de control– y la residencia, cuyas habitaciones quedan en ángulo recto, adosadas a la izquierda del claustro y rematando el conjunto.

Esta composición en planta permite disponer las distintas demandas del programa –estación, centro de estudios, residencia– en un esquema de circulaciones muy claro, al tiempo que las habitaciones quedan aisladas de la zona de trabajo sin desligarse de ella. Por otra parte, todo el conjunto presenta una línea de avances y retranqueos de gran expresividad plástica, en la que predominan los cuerpos semicirculares de las salas de control, planos y conferencias, potenciando el aire entre defensivo y conventual que los autores buscan desde el punto de vista figurativo, según ellos mismos declaran en la memoria del proyecto.

El aspecto masivo de la zona de trabajo –que se ilumina por medio de lucernarios y claraboyas– se aligera en el ala correspondiente a la residencia.

Equipo redactor Arquitectura de Madrid y Arquitectura y Desarrollo Urbano. Comunidad de Madrid. Revisión y adaptación: Servicio Histórico, Fundación Arquitectura COAM: Alberto Sanz Hernando. Colaboradoras: Margarita Suárez, Beatriz Gutiérrez, Miriam Martín, María José Mier y Silvia Mata