Escuela de Artes Aplicados y Oficios Artísticos de Ávila

La escuela destaca por su discreta presencia en el entorno exterior y la armonía de escalas en los espacios interiores. El edificio se organiza según dos ejes ortogonales: el de acceso, a través de un recorrido descendente desde la calle hasta la puerta de la escuela, que termina en la sala de exposiciones, y un eje trasversal sobre el que se desarrolla el espacio central común que comunica todas las piezas mediante una escalera abierta que recorre la sección principal, completando el recorrido vertical con una escalera secundaria que deja libre media planta en toda su altura.

El edificio está planeado desde la búsqueda de una economía de medios en cuanto a orientación, adaptación al terreno y organización espacial, y una modulación rigurosa. La disposición de las aulas a media altura consigue la buena iluminación de todos los espacios y la creación de un módulo de altura y media al nivel del acceso que contiene el vestíbulo de entrada y la sala de exposiciones.

El singular emplazamiento de la escuela frente al Real Monasterio de Santo Tomás condiciona el proyecto La disposición semienterrada, el predominio del macizo sobre el vano y la vegetación envolvente, otorgan al edificio carácter de segundo plano.

En la actualidad la escuela se conserva en buen estado, y, a pesar de los nuevos volúmenes añadidos, se reconoce claramente la estructura original.
Ángel Hernández Díaz