Edificio Prado Comesaña

Aunque de forma muy matizada por las limitaciones económicas y las diferencias en el programa, el edificio Prado Comesaña continúa con la estrategia formal iniciada en la vivienda unifamiliar Ferro, en la que a partir de una caja de muros de granito se volaban distintos volúmenes. En este caso, los voladizos están formados por jardineras, colocadas bajo los huecos de la fachada principal, junto con los cantos vistos de las viguetas prefabricadas del forjado, y por balcones que se vuelcan a las vistas en la fachada posterior, hoy completamente transformada por los propietarios.

Espacialmente, las viviendas, en este caso dos por planta, se organizan en torno a una banda central paralela a fachada, donde se concentran los locales húmedos: cocina y baño. En un lado se disponen orientados a las vistas el dormitorio principal y el estar comedor, vinculado a la cocina, y en el otro los dos dormitorios restantes y la escalera prefabricada «sistema Bar Bóo», que se desarrollará por vez primera en 1959, en el edificio Plastibar; consiste en una zanca central con una serie de muescas que permiten el encaje de los peldaños en voladizo.
Celestino García Braña