Edificio Cuadrado

El interés principal de esta obra radica en su manera de abordar un programa especial, que incorporaba locales para el comercio al por mayor después los populares Almacenes Cuadrado e incluía oficinas y garaje para carga y descarga, además de viviendas para los empleados, diferenciando entre los casados y los solteros, estos últimos en un sencillo alojamiento en la última planta. El innovador proyecto destaca por su orientación higienista que, al mismo tiempo, parece interpretar las aportaciones de la vanguardia rusa cuando plantea servicios comunes como lavandería, enfermería o suministro centralizado de agua caliente y, ante todo, accesos para cada planta a través de corredor-terraza, de manera que este elemento asume las funciones complementarias de ventilación y soleamiento en lugar de los patios interiores, expresamente rechazados por el arquitecto.

La extensa fachada de ladrillo se curva en la esquina y se resuelve con total austeridad al disponer bandas horizontales continuas alternadas de antepechos y huecos enrasados. Conviene advertir el uso de grandes vigas en todas las plantas, como respuesta a la necesidad de racionalizar una estructura preparada para el espacio diáfano de la tienda.
Carmen Jordá