Edificio Coy

Concursos y proyectos publicados en la revista AC ponen de manifiesto los contactos del madrileño Gaspar Blein con los centros de producción de cultura arquitectónica de la época. Blein, que llegó a Murcia en 1929 tras ganar una plaza de arquitecto municipal, terminó, en 1935, este edificio racionalista destinado a una selecta clientela.

La finca ocupa la esquina de una manzana tradicional, tratando con acierto el encuentro de sus dos planos perpendiculares. El dinamismo que los balcones curvos imprimen a la composición logra compensar la anacrónica decisión de distinguir en fachada la vivienda del piso principal del resto de las plantas. Una estructura metálica resuelve las seis alturas más ático de servicio del inmueble. Tras los avatares urbanísticos de la capital —a los que el propio Blein contribuiría con su Plan General de 1949 y de 1954— el edificio asume hoy una insólita transición de escalas entre las torres de la Gran vía y el tejido histórico de la ciudad.

Exceptuando reformas interiores, la sustitución de alguna carpintería y el vaciado del bajo comercial —en espera de un nuevo uso—, la obra exhibe un razonable estado de conservación, manteniendo, incluso, el característico color rojo del revoco de la fachada.
José Parra