Centro de investigación Calvo Sotelo

Este conjunto industrial, hoy Repsol, está situado en la zona industrial de Legazpi; el arquitecto Moreno Barberá recibió el encargo de proyectar un centro de investigación modélico que sirviera de base al proyecto y a la construcción de las distintas instalaciones. Según la memoria del proyecto, el centro “está destinado a efectuar las investigaciones que sirven de base al proyecto y la construcción de las instalaciones industriales de la Empresa Nacional Calvo Sotelo de Combustibles Líquidos y Lubricantes. Esta investigación se realiza en dos etapas:
1ª. A escala de laboratorio, en la que se estudian los métodos de fabricación.
2ª. A escala semiindustrial, en la cual se analizan las diferencias de comportamiento que pueden tener un proceso de fabricación en un tubo de ensayo o en una instalación de gran tamaño.

Finalmente, y apoyándose en los resultados de estas experiencias, se proyectan las fábricas a escala industrial.

El conjunto está formado por las siguientes zonas: edificios de laboratorios, edificio para la administración y la dirección, conjunto de edificios permanentes, como la central térmica, los almacenes, los talleres, los apeaderos de ferrocarril, etc.; unos espacios destinados al montaje de las instalaciones semiindustriales, que serán los volúmenes más importantes de la edificación; y vestuarios, escuela de aprendices y portería.

El complejo, de traza ortogonal, fue el resultado de los estudios que realizó el autor acerca de problemas de circulación de las materias primas y de los productos terminados, los problemas de carga de las máquinas y la eliminación de los residuos, así como la relación de estos circuitos con los vehículos, accesos, etc.

El volumen principal del conjunto aloja los laboratorios de investigación y el más pequeño la dirección y las oficinas del centro. La planta se articula en un vestíbulo que sirve de acceso tanto a los laboratorios como a las oficinas, con muros de ladrillo recocho y piedra de Morata. En este conjunto se estudian cada uno de los elementos de decoración y mobiliario.

La torre, de 31 metros de altura, está construida en entramado metálico visto; sobre ella se encuentra un depósito de agua. El ventanal principal revela la posición de la escalera; los balcones salientes responden a la necesidad de proporcionar una salida exterior a todas las plantas que sirva de salida de emergencia, debido a que en este edificio se producen productos inflamables.

Por otro lado están los muelles y las instalaciones industriales, en los que destacan el estudio de la luz en cada uno de ellos.

El problema principal consistía en resolver la integración de los distintos volúmenes, que debían albergar espacios a escala de laboratorio, en los que se estudiaban los métodos de fabricación, y espacios a escala semiindustrial, en los que se analizaba el proceso de fabricación en instalaciones de gran tamaño. En este último caso, debían preverse grandes espacios para el montaje de estas instalaciones que, una vez cumplida su misión, podían ser demolidas para construir otras. Destaca, así mismo, la incorporación de la vegetación al complejo industrial, utilizada desde el inicio del planteamiento del centro.

En la actualidad, el conjunto se encuentra condicionado por un proceso de reconversión de la zona de Legazpi.
Paloma Barreiro