Laboratorios Grífols

Tras la pureza del edificio se esconde un orden basado en el uso de una estructura muy racional que sirve de soporte a elementos expresivos como la fachada, propuesta que Ponseti justifica desde un punto de vista exclusivamente funcional, a partir de las necesidades de luz y privacidad de los espacios interiores. Según el autor, las ventanas de la planta baja son estrechas y altas para ocultar las extracciones de sangre y las de la primera planta son grandes para iluminar las oficinas, mientras que la marquesina de la segunda planta protege la terraza del bar del sol. El conjunto de los huecos determina la imagen de un brise-soleil como los de Le Corbusier.

Ponseti acentuó la rotundidad del volumen proponiendo un edificio totalmente blanco. La pureza y la fuerza del edificio quedan reforzadas por el uso de carpinterías metálicas de color negro que incrementan la profundidad de los huecos y de la marquesina que remata la terraza de la planta superior. Una segunda marquesina, en la puerta de entrada actualmente desaparecida, parece concebida como un estabile donde el plano horizontal de color blanco se mantiene suspendido de una estructura asimétrica construida con perfiles metálicos de color negro.
Xavier Llobet i Ribeiro