Instituto Francés de Barcelona

El Instituto Francés se sitúa en un solar para el que se había previsto un largo bloque de fachada continua, que incorporaba una edificación de vivienda colectiva. Debido a la incompatibilidad de usos, en el proyecto se decide construir un bloque exento de planta rectangular.

Consta de dos plantas sótano, planta baja y ocho plantas superiores, con un programa de garaje e instalaciones, biblioteca, sala de exposiciones, bar y salón de actos en una planta baja que se extiende en planta baja, vivienda del conserje, secretaría, oficinas y un archivo en una entreplanta, aulas y despachos y, en el ático, la vivienda del director. El esquema distributivo se mantiene en toda la edificación, consta de un núcleo de comunicación vertical y servicios en conexión con un vestíbulo central que distribuye perimetralmente el programa de cada planta. La estructura del edificio está ejecutada mediante un sistema de pilares metálicos y forjado reticular de hormigón. La fachada está compuesta de muro de ladrillo, revoco y revestimiento exterior de plaqueta cerámica.

Una de las singularidades compositivas del edificio es la regularidad de los huecos de fachada, en la que las carpinterías y el revestimiento se enrasan, dando lugar a una superficie plana. En el interior, los vanos entre las ventanas adquieren espesor y matizan la luz natural. 

Gemma Barricarte