San Tirso de Godos

El proyecto de San Tirso surge tras el derribo del antiguo templo, gracias a la donación de una vecina residente en Madrid. Una vez decidida la nueva ubicación, en el centro de Godos, lo que se había pensado como una capilla para San Antonio acabó, por decisiones vecinales, siendo una iglesia.

Se trata de una obra de planta triangular redondeada, con unos brazos salientes a los lados, para alojar la iglesia, la sacristía y la capilla de San Antonio, además de porche de entrada y baptisterio. El interior es diáfano, cerrado por muros de hormigón armado austeros y rugosos, que soportan una cubierta de madera. La iluminación procede de una vidriera diseñada por Antonio Suárez, que da un toque místico y calidad al espacio, a través huecos y llenos.

La cubierta a dos aguas divide el templo en dos, y dota la parte central de mayor altura, a medida que se eleva desde el acceso hacia el altar. La estructura de soporte es ligera, compuesta por perfiles metálicos apoyados en los muros. El acceso está formado por un porche y un campanario exento que lo atraviesa.

Al igual que en otros proyectos, el autor diseña también elementos del mobiliario, como la pila bautismal, o las pilas de agua bendita en forma de prismas de base cuadrada. El mobiliario que más llama la atención es el confesionario, curvo de manera a adaptarse al brazo que da acceso a la capilla de San Antonio.

Omar Rodríguez Mayo