Hospital Distrital de Bragança

El Hospital Regional de Braganza, proyectado en 1958, obedece a un esquema organizativo de gran sencillez estructurado en tres alas articuladas ortogonalmente a partir de un núcleo en el que se concentran la entrada principal para el público y las comunicaciones verticales más importantes. Y es precisamente en este núcleo donde dos de las alas, desarrolladas a lo largo del eje este-oeste, establecen una ruptura de la continuidad; un hecho de gran importancia para atenuar el impacto de la edificación.

En estos dos cuerpos, atendiendo a criterios de estricta racionalidad, las zonas donde los enfermos permanecen más tiempo —las habitaciones y el balcón/solario— están orientadas al sur y distribuidas en cuatro plantas. Al norte se dispone toda una extensa compartimentación auxiliar para los servicios de cada planta.

Como en el caso del Tribunal de Rio Maior (1957), proyecto de Formosinho Sanchez, esta obra puede considerarse también un ejemplo del cambio de orientación de la política estatal. Ambas obras evidencian la aceptación de modelos arquitectónicos hasta entonces despreciados por las autoridades.

La propuesta, de un interés formal evidente, logra una clara contextualización gracias al acierto de la escala y la relativa modestia de los medios y los conceptos empleados, como las paredes de pizarra que, envolviendo las cajas de escalera de la parte superior del cuerpo del edificio de mayor tamaño, enfatizan el recorte de los amplios balcones de los solarios. La utilización de parteluces de hormigón, además de testimoniar la funcionalidad buscada, pone de manifiesto la cercanía a los elementos formales de Le Corbusier.
Sérgio Fernandez