Buvette das Termas de Chaves

La edificación se extiende por una superficie bastante más amplia que la ocupada por la fuente de aguas termales propiamente dicha. La fuente (con el pavimento en una cota inferior a la del terreno), núcleo funcional y formal del conjunto, constituye el punto de partida para el desarrollo de los muros que limitan un jardín interior. Uno de los muros — una celosía de módulos de hormigón vaciados— es curvo. Comienza rodeando la fuente, en paralelo al perímetro de la cubierta, tras lo que se abre para prolongar en el exterior el alineamiento con la sinuosa rampa de acceso y, simultáneamente, rodear con amplitud el espacio ajardinado y servir de apoyo a un recorrido cubierto. Los dos muros restantes — lineales y revestidos con azulejo — son perpendiculares entre sí, en vaga alusión a la geometría neoplasticista: el primero intercepta el muro curvo, rematando el extremo vinculado a la fuente; mientras que el segundo se prolonga para completar la definición del área del jardín, hasta el punto de formar una entrada junto con el extremo “alejado” de la curva.
La altura controlada de los muros — libres en su recorrido — permite no establecer ningún contacto con la concha de la cubierta de la fuente, sustentada sólo por pilares. Sin embargo, estos elementos interactúan lo suficiente como para poder reconocer en ellos principios estructurales/ morfológicos característicos de la planta libre.
Equipa IAPXX Norte, coordenação Sérgio Fernandez