Casa Cala Pelosa, Casa Clos Rahola

La casa Clos-Rahola es la primera obra del arquitecto, fruto de un encargo familiar. Se sitúa dentro de los límites municipales de Roses, entre el acceso a la cala Pelosa y el mar, en un solar que desciende en pendiente. La característica morfología abrupta y rocosa es un factor determinante en la implantación de la vivienda. La casa se oculta entre las rocas y los encinares, siendo apenas perceptible desde sus inmediaciones. El paraje, muy preservado, contiene algunas residencias segundarias muy próximas al borde del mar.

La construcción está conformada por una serie de volúmenes prismáticos escalonados que se adaptan al terreno. El esquema espacial en planta conforma tres brazos según ejes cartesianos en cuya intersección se sitúa el espacio de la cocina-comedor. El camino de aproximación, que baja en pendiente, dirige la vista hacia el entorno hasta alcanzar las escaleras de acceso y el garaje. Al descender, el primer muro oculta el mar, que es redescubierto en el vestíbulo. Este vestíbulo separa el salón, que queda al oeste, del resto del programa doméstico. Al este se sitúan dos núcleos rectangulares conectados a través de una de sus esquinas. El primero comprende la cocina y el comedor y, al sur en cotas más bajas, se sitúan los dormitorios, agregados a lo largo de un pequeño corredor que desemboca en el salón del dormitorio principal, el único volumen achaflanado. Este último es uno de los espacios más paradigmáticos de la casa. Desde el comedor se accede a una planta superior que acoge el dormitorio principal y un pequeño estudio.

Los ventanales corridos de lamas de madera horizontales configuran la singularidad de esta obra, de marcada dominante horizontal. Es fiel a la tradición mediterránea con sus fachadas encaladas, mirando al horizonte marino.

Gemma Barricarte