Barriadas Huerta de Mena y La Esperanza

El esquema de implantación urbana de la barriada consta de tres tramas ortogonales que se acomodan al giro de las calles Federico Mayo y Federico Molina gracias a la inserción de dos cuñas triangulares entre ellas. Sobre esta trama se asientan los distintos bloques de viviendas, que responden a tipologías muy diversas, si bien destacan claramente las manzanas cerradas y las series de bloques en H adosados entre sí. Como consecuencia de ello, la forma urbana predominante es la de la calle corredor; ésta se combina con otras disposiciones que recuerdan las estructuras urbanas difusas generadas por los bloques aislados. En general, estos espacios, ampliamente ajardinados y a menudo de uso peatonal, se caracterizan por su gran calidad ambiental. En lo que respecta a la arquitectura, a pesar de los distintos arquitectos que actuaron en ella, prevalece cierta imagen unitaria en el conjunto: predominan los bloques de cuatro plantas de altura; se subraya la planta baja como zócalo de los edificios; las ventanas y los balcones se suceden horadando homogéneamente el volumen; los paramentos están enfoscados y pintados en blanco y hay profusión de vuelos y balcones en las últimas plantas, que intentan evidenciarse como remate del conjunto.
Ángel López Macías, Ana María Mojarro Bayo y Marta Santofimia Albiñana