Villa María

Esta vivienda unifamiliar está situada en un área de pequeñas villas en los límites de Valladolid. La vegetación y el cerramiento de la parcela hacen que apenas sea visible desde la calle. Exteriormente, posee un marcado juego de volúmenes realzado aún más por el intenso color rojizo de los paramentos exteriores, con bandas de color a distintas alturas, que remarcan los vuelos y cornisas. Los huecos varían su forma y tamaño dependiendo de las habitaciones a las que sirvan, y destacan algunos elementos como un gran ventanal que rompe la esquina y una serie de ojos de buey. Estos últimos, junto con las barandillas de las terrazas, dan una apariencia náutica a toda la edificación. La pieza más importante se encuentra en el interior y corresponde a un gran espacio que domina toda la distribución en ambas plantas. Esta pieza es fundamental, y su importancia se proyecta hacia el exterior mediante un gran ventanal en la esquina. El núcleo de doble altura se recorre espacialmente a través de una escalera cuya barandilla es de acero. Los paramentos de este espacio son de dos tonos de ocre, y están separados mediante el mismo metal que el de la barandilla; este elemento se utiliza también para la colocación de algunas piezas de diseño en la planta baja. La escalera desembarca en un gran balcón que permite el acceso a los dormitorios, en donde se conservan, como en el resto de las estancias, el mobiliario, los pomos, y las lámparas originales diseñados por su arquitecto Jacobo Romero.
Sara Pérez Barreiro