Memoria
El edificio se genera a partir de los fuertes condicionantes del entorno: las vistas al mar, la forma alargada del solar, afectaciones urbanísticas –un aparcamiento público ocupaba la zona actual de la piscina que, a instancias de la comunidad de propietarios, acabó integrándose en el conjunto–, un cauce lateral, el paso de la vía del tren y una importante avenida al sur. Pese a las dificultades, el arquitecto resuelve el edificio a partir de un instrumento muy racional, un módulo universal en planta configurado por un cuadrado de 2,45 x 2,45 metros, que maneja con gran libertad compositiva. Esta libertad se consigue gracias a la utilización de núcleos de escalera configurados por tres módulos que dan acceso, en cada planta, a tres viviendas compuestas por seis módulos, sobre los que vuela una terraza de seis metros cuadrados, orientada al mar.
El módulo es, en realidad, un cubo, pues la altura de las plantas se corresponde con el lado del módulo, un cubo que se apila para generar el conjunto, alcanzando diferentes alturas a criterio del arquitecto, y adoptando diferentes formas y configuraciones diferentes en función de la forma del solar.
La gran libertad en planta y en la elección de las alturas genera una composición dinámica y, gracias a su fachada de hormigón visto, dota a sus geometrías ortoédricas de un llamativo carácter pétreo.
Justo Oliva Meyer y Andrés Martínez Medina
Uso original: Uso residencialConjunto de viviendas
Reportaje fotográfico:
Categoría: Nivel A
Registro: Ampliación temporal, 1965-1975