Quiosco de prensa y flores

Santiago Rey Pedreira proyectó un pequeño edificio de planta baja para agrupar diversos puestos de venta en la coruñesa plaza de Ourense. Flores, churros o prensa pasaron a ofrecerse en el nuevo edificio, concebido como un cilindro de siete metros y medio de diámetro, cubierto por una lámina de hormigón con forma de paraguas. La concepción arquitectónica es sencilla y eficaz: un zócalo de fábrica rematado por un mostrador corrido, volado hacia el exterior; la continuación de este cilindro, hasta su encuentro con la lámina, con vidrio y carpintería de madera, similar a las tradicionales fachadas acristaladas de los edificios del frente marítimo de la ciudad; la cubierta resulta como una lámina de hormigón articulada en seis gajos, que vuela generosamente sobre el voladizo para proteger a los compradores; por último, una serie de tabiques radiales, que siguen las direcciones de las vigas de sección variable sobre la que se apoya la lámina, resolviendo al tiempo estructura y distribución de los cinco pequeños locales, ya que uno de los sectores se usa como entrada a los locales y alberga un aseo. Las referencias a la obra de Torroja o de Candela son evidentes, no sólo en esta obra sino en otras de Rey Pedreira. Pero la elegante sombrilla, cuyo espesor en el borde es de siete centímetros, no es el único valor arquitectónico de este edificio. Los tabiques radiales estaban forrados de espejo, disposición hoy desaparecida, de forma que la transparente piel permitía percibir un interesante efecto óptico, en el que el espacio se fragmentaba, confundiendo interior y exterior. Fernando Agrasar