Parador Costa de la Luz

El Parador de Ayamonte se realizó con una trama ortogonal alargada, derribándose los muros del antiguo Castillo de Ayamonte que no se ajustaban al proyecto del parador y estableciendo una relación más contextual que formal con el antiguo castillo. Su diseño, aunque moderno, respeta el legado histórico del lugar, preservando su importancia como punto de referencia estratégico y cultural en Ayamonte.

El edificio del Parador se compone por una parte central pública, que distribuye a todas las dependencias del complejo y que separa la pastilla de habitaciones ─compuesta por cinco módulos de cuatro habitaciones cada uno, separadas por el pasillo centra─, de la parte de servicio y dependencias administrativas, con un patio abierto en su interior.

Los alzados principal y posterior del parador adquieren una imagen moderna, con gran calidad arquitectónica en el diseño de las habitaciones que rompen con la linealidad ortogonal de la planta.

El alzado del edificio enfatiza el módulo de las habitaciones con huecos muy medidos en contraposición con la zona de servicio, de diseño más tradicional y huecos en función de sus necesidades.

La sección transversal del espacio central distribuye y recorre el edificio, adaptándose a la topografía del terreno con escalonamientos mediante un sistema de plataformas aterrazadas descendentes, con cubierta inclinada a dos aguas no simétricas, de manera que todos los espacios del Parador tengan vistas al paisaje del río y de la frontera con Portugal.

La planta baja, denominada planta noble porque concentraba las áreas más representativas, fomenta la relación con el paisaje exterior y constituye el corazón funcional y social del edificio. Su estructura pone de manifiesto su papel como eje central de la experiencia del huésped, y destaca por su orientación, calidad espacial y cuidado estético.

El edificio también disponía de planta semisótano donde albergaba los servicios de almacenes, lavandería y dormitorios del servicio.

Cayetano Campero Romero