Memoria
En las proximidades del Estanque Grande y su isla de la antigua posesión se construye este centro parroquial, anejo al docente, con el que Moya va a demostrar, en el mismo lugar, su propia evolución arquitectónica cinco lustros después, a la hora de abordar el tema eclesiástico. Hay, no obstante, en la capilla del Escolasticado, actual colegio, y en esta iglesia parroquial, así como en otros de sus templos, idénticas preocupaciones por la búsqueda de la unidad, la centralidad y equilibrio del espacio, así como por la comunión entre construcción y forma, pero tiende aquí a la sencillez y la abstracción, renunciando a las ambiciones clasicistas. Se observa en esta transformación compositiva la influencia lógica de los postulados del Concilio Vaticano II, en cuanto a la proximidad entre sacerdote y pueblo y la renuncia al protagonismo urbano del objeto arquitectónico, que queda semioculto desde la calle, tras la verja y el arbolado. La planta resuelve un programa complejo, no sólo la iglesia, si bien ésta preside su composición, el cual debe acoger las dependencias pastorales y vivienda de los sacerdotes, el salón de actos para 624 asientos, una guardería infantil, un dispensario médico y un centro de atención social. El conjunto, configurado por la adición de volúmenes, se adapta a la forma de la parcela, actuando de rótula la planta del templo, un círculo de perímetro zigzagueante, que delimita un interior neutro e indefinido, cubierto por una bóveda rebajada y tabicada, de cuya linterna pende la monumental lámpara estrellada.
Equipo redactor Arquitectura de Madrid y Arquitectura y Desarrollo Urbano. Comunidad de Madrid. Revisión y adaptación: Servicio Histórico, Fundación Arquitectura COAM: Alberto Sanz Hernando. Colaboradoras: Margarita Suárez, Beatriz Gutiérrez, Miriam Martín, María José Mier y Silvia Mata
Uso original: Uso religiosoCentro de culto
Reportaje fotográfico:
Categoría: Nivel A
Registro: Ampliación temporal, 1965-1975