Escuela de Trabajo

La Escuela de Trabajo es uno de los escasos ejemplos de la primera modernidad arquitectónica en Galicia, en los que los ideales funcionales y constructivos son tan importantes como los logros formales. Su construcción se interrumpió por la Guerra Civil y al reanudarse las obras, bajo el régimen dictatorial, se introdujeron modificaciones que desdibujaron algunas de las más interesantes disposiciones modernas del edificio. Las terrazas, que el arquitecto preveía cubiertas de tierra vegetal, «para que los alumnos de horticultura hagan prácticas» se ocultaron bajo faldones de pizarra. La piscina interior abierta a un vacío de tres alturas (el centro del edificio), con trampolines en las diferentes alturas de este espacio, se cubrió, permaneciendo su vaso de hormigón en los cimientos del edificio.

Las modernas formas de este edificio se levantan en el interior de la muralla romana lucense, a escasos metros de la misma. Las esquinas redondeadas del triángulo que forma su planta dialogan con las formas del venerable monumento, y su altura se iguala a la del adarve de la muralla, en una declaración de intenciones el modo en que la modernidad, sin imitar formas del pasado, puede convivir en armonía con las presencias monumentales de nuestras ciudades.
Fernando Agrasar