Memoria
Cuando se comienzan a construir estos edificios la zona donde se ubican ya era un foco de atracción social, como consecuencia de la instalación de señaladas instituciones y grupos residenciales. Dentro de una gran parcela rectangular, la ordenación de volúmenes se configura dejando espacios ajardinados en los extremos y creando una plataforma central sobre la que se elevan dos bloques paralelos a la calle Jaime Roig, de profundidades distintas y comunicadas en planta baja. Los bloques, que tienen sótano común, disponen de planta baja comercial, primera destinada a oficinas y once superiores de uso residencial. Las viviendas, cinco por planta (tres en un bloque y dos en el otro) tienen dos accesos independientes y un programa funcional análogo, con tres áreas diferenciadas (diurna, reposo y servicio) que giran en torno al acceso principal. La compacta volumetría, que responde a criterios de la vanguardia realista catalana, difumina la altura con potentes bandas horizontales en voladizo, que alternan, en los frentes con terrazas, jardineras de piedra artificial con persianas de lamas sobre bastidores metálicos proyectables a techo. En las otras fachadas, molduras triangulares refuerzan esas mismas bandas, en las que paramentos de ladrillo refractario se fragmentan con secuencias verticales de ventanas. Al contrario que otros ejemplos de edificación abierta de la zona, estos refuerzan la alineación urbana y reinterpretan la manzana utilizando el bloque lineal como base de una nueva y moderna composición. (Guia de Arquitectura de Valencia).
Uso original: Uso residencialConjunto de viviendas
Reportaje fotográfico:
Categoría: Nivel B
Registro: Ampliación temporal, 1965-1975