Edificio Roma

El proyecto, que pertenece al período autárquico, mantiene algunas de las referencias a la modernidad, y constata su aceptación social sin que se acusen las inclinaciones historicistas que se estaban introduciendo en la arquitectura española por aquellos años. La sobria imagen de la obra muestra la predilección del autor hacia las formas aerodinámicas, que aquí destacan en la disposición en esquina del edificio, una condición urbana también enfatizada a través de expresivas curvaturas y del escalonamiento volumétrico rematado en una torre.

Los alzados permiten observar la racionalidad de los exteriores al resolver, con notoria corrección, la alternancia de ritmos horizontales entre bandas de antepechos y superficies perforadas, donde se alojan unos huecos de tamaño considerable.

La organización en planta gravita sobre la exigencia de ventilación directa en todas las piezas que la necesitan, para lo cual el patio cumple un papel esencial en la distribución de dos viviendas por planta. Una está jerarquizada, la que presenta fachada a la Rambla, para resaltar la importancia de esta vía, próxima y perpendicular al frente marítimo, un lugar preferente de la burguesía local. La construcción con estructura metálica porticada también constata la categoría de un edificio levantado en plena época de escasez y carestía de hierro.
Carmen Jordá