Edificio de la avenida Álvares Cabral

Este edificio representa una síntesis de experiencias anteriores que se ponen de manifiesto en las originales innovaciones que ofrece. El edificio se aborda como una superposición de volúmenes puros: un primer cuerpo funciona como un zócalo retranqueado que corresponde al sótano y a la planta baja cuya función es abrir el volumen; el cuerpo de cuatro plantas está en voladizo sobre el frente de la calle; por último, la planta superior se encuentra también retranqueada. Además de esta articulación inteligente de los volúmenes, que llega a simular la suspensión del edificio desde su zócalo a través de un proceso inverso al de los pilotis lecorbusianos, presenta otra innovación en la forma en que Cassiano intenta, y de hecho casi consigue, crear una ventana corrida. Toda la anchura del cuerpo de la fachada es un esbozo claro de una ventana corrida conseguida a costa de una parte de la losa en voladizo; es decir, que avanza más allá de los pilares. Así, sin la interrupción producida por los pilares, las aberturas pueden extenderse a lo largo de toda la anchura de la fachada, incluso aunque se cree una esquina acristalada. En el interior esta solución resulta intrigante, porque como las paredes se interrumpen un metro antes, los intervalos se cierran con puertas. Pero una vez más, la primacía de la envoltura exterior parece imponerse a una distribución racional del espacio interior.
Ana Tostões