Colonia ICOT

La colonia, ubicada en el barrio de Ciudad Jardín, también planificado por el arquitecto, recuerda a los garden suburbs ingleses, que se caracterizan por sus soluciones en tridente, plazoletas circulares, aceras arboladas y viviendas unifamiliares con jardín delantero y trasero. El conjunto está compuesto por tres hileras de viviendas entre medianeras con fachada a una calle en T, en cul de sac, una solución muy utilizada por Raymond Unwin, que proporciona intimidad a la calle y aísla el conjunto del resto de la trama urbana.

Construidas y promovidas por el propio arquitecto, en su día, fueron viviendas de pequeña renta, lo que le permitió experimentar sobre uno de los principios claves del Movimiento Moderno: la estandarización de los métodos constructivos como solución al tema de la vivienda social, que justifica la aparición de la nueva estética racionalista. Sorprende el hecho de que se plantearan como viviendas sociales y económicas dentro de uno de los barrios más selectos de la ciudad, lo que podría explicarse por los fuertes apoyos que prestaba la II República a la vivienda social.

Algunas viviendas, a pesar de estar protegidas por el Plan General de Ordenación Urbana, han sufrido inadecuadas aberturas de huecos en arco, y ocupaciones ilegales en las cubiertas y en los jardines traseros, que quedan ocultos desde la calle y que hoy cuentan con una exuberante vegetación subtropical de palmeras, flamboyanes y dragos; aunque también se han producido ridículos cerramientos de porches con tejas y PVC.

En esta colonia se resumen las dos tendencias del racionalismo que imperó en Canarias: una, de corte más bauhausiano, cercana al estilo internacional; y otra corriente propia de la escuela de Madrid, más usual en España y más cercana a un clasicismo racionalista, claramente influenciada por Josef Hoffman, como lo fue la colonia El Viso de José Bergamín. Este clasicismo racionalista se entendía como una supresión de lo superfluo dentro de los valores clásicos y tradicionales. Con claras influencias de las Siedlungen de Hoffman del año 1923, utiliza la simetría en las agrupaciones pareadas de viviendas, tan criticadas por los más puristas del estilo Internacional. Algunas variantes, sobre todo las de esquina y otras que no se llegaron a construir, siguen una línea neoplasticista y presentan giros de fachada mediante volúmenes curvos que expanden la casa hacia el exterior; y cubiertas como tapas que se desligan del volumen de la fachada.
Magui González