Casa Fullà

El edificio de viviendas se sitúa en un solar esquinero, en un barrio denso y con una topografía muy accidentada. Como estrategia de implantación, Oscar Tusquets y Lluís Clotet deciden ocupar el máximo porcentaje de superficie edificable, irguiendo así un edificio compacto en sus plantas más bajas y que tan solo se abre a la ciudad mediante una superposición de terrazas en las plantas superiores, ocultas siempre de miradas indiscretas desde calle. 

El carácter del edificio muestra cierta voluntad de compactación del volumen edificado, de forma que éste se adapta y exprime al máximo las posibilidades ofrecidas por las ordenanzas. En cuanto al programa, el edificio recurre a una estrategia de superposición para albergar una gran variedad de tipologías de vivienda, permitiendo así una mayor flexibilidad y diversidad de composición familiar por parte de los usuarios del edificio y con relación a los edificios de viviendas convencionales. 

La lectura del edificio desde la calle es la de un muro opaco con pequeñas aberturas enrasadas a la pared y con voluntad de enfatizar la piel de la fachada. No podemos ver qué sucede en el interior del edificio, tampoco entender su estructura muraria. En cierta forma, el conjunto parece un castillo o fortificación que no da paso a la porosidad ni permeabilidad visual ni física. De hecho, el acceso al interior del edificio se realiza en un solo punto de abertura en planta baja. Una única incisión en una pared de bloque cerámico terroso. Una sombra para indicar esa excepción que dará paso a lo convencional, es decir, a la vivienda. 

Cabe destacar la investigación tipológica desarrollada que, a pesar de superponer plantas iguales, es decir, formadas por la repetición de una vivienda tipo, permite una la solución que engloba viviendas tipo simplex, dúplex, tríplex y cuádruplex. De este mdo, el edificio de la Casa Fullà logra albergar diferentes unidades familiares, desde la más simple hasta la más compleja. 

Mónica Soto Albó