Barrio de la Pasteleira

El barrio de la Pasteleira — sector norte — está formado por seiscientas unidades de vivienda implantadas en un terreno topográficamente muy rico con una pendiente acentuada en sentido norte-sur. Los sucesivos desniveles y la presencia de un arbolado significativo en toda el área contribuyen en gran medida a la calidad del ambiente conseguido.

Se usarán dos modelos de bloques en los que se contempla la existencia de cuatro tipos de unidades de vivienda. Los edificios con orientación este-oeste tienen cajas de escalera abiertas al exterior con un solo descansillo que da servicio a dos unidades por planta; en estas unidades la cocina tiene acceso directo al exterior. En los edificios con orientación norte-sur, las escaleras están abiertas en los dos descansillos y dan servicio mediante galerías a dos unidades de vivienda en cada lado; las unidades correspondientes sólo disponen de un rincón en la sala de estar que funciona como cocina; en algunos casos, debido a las condiciones topográficas, las escaleras unen la parte superior de los edificios y dan servicio, en descansillos alternativos, a las respectivas galerías.

Se trata de edificaciones de cuatro plantas, cuyo basamento, en algunos casos, incluye un pequeño comercio.

Las unidades de vivienda tiene superficies exiguas; la sala, también con una superficie limitada, es el espacio central de la casa y da servicio a todos los compartimentos que, en ese contexto, ofrecen poca privacidad; una señal de la extrema restricción existente es el hecho de que se utilice un lavadero como ducha; solución manifiestamente inadecuada, especialmente en el caso de personas de edad avanzada.

La construcción es corriente, con paredes de piedra y losas aligeradas. El pavimento es de tarima de madera de pino, excepto en las zonas húmedas, que es de cemento pulido. La cubierta, que carece de una estructura de madera, es de teja. Las carpinterías, de diseño muy sencillo pero con dimensiones generosas, son de madera.

El conjunto pone de manifiesto la libertad de la implantación de los edificios, aunque siguen condicionados por las cuestiones relacionadas con la orientación. Los accidentes topográficos y la vegetación existentes imponen una organicidad que mejora la imagen general del barrio. Como equipamiento colectivo se construye una escuela de primaria.
Sérgio Fernandez