Jesús Ayuso Tejerizo
Burgo de Osma (Soria), 1917-Madrid, 1996
Jesús Ayuso Tejerizo inició los estudios de arquitectura en la Escuela de Madrid el año 1934, que se interrumpieron con la Guerra Civil. Los reanudó en 1939 y concluyó la carrera en 1943. En enero de 1944 tomó posesión de una plaza de arquitecto en el Instituto Nacional de Colonización (INC).
La trayectoria de Jesús Ayuso en el Instituto no ha sido suficientemente reconocida. Sus pueblos se han difundido bastante menos que los de otros arquitectos, pero están impregnados de una gran profesionalidad. Aprovechó la oportunidad para investigar y se encuentra entre los técnicos que proyectaron los pueblos de colonización más interesantes.
En un primer periodo, comprendido entre 1946 y 1956, estuvo adscrito a la Delegación del Duero del INC, en la que desarrolló los siguientes pueblos: Foncastín (1946) y San Bernardo (1953) en la provincia de Valladolid; La Vid (1946) y Guma (1951) en Burgos; Arrabal de San Sebastián (1951), Ivanrey (1955), Sanjuanejo (1954) y Conejera (1956) en Salamanca; y Bárcena del Caudillo, Fuente Nueva y Posada del Bierzo en León, estos últimos en 1956.
A partir de ese año enfocó su actividad profesional en proyectar pueblos dispersos por la mitad sur de España. En la provincia de Sevilla se encuentra San Leandro (1956); Mingogil y Nava de Campana, en Albacete, ambos de 1959; Campillo del Río (1961) en Jaén; Pizarro (1961) en Badajoz; Casar de Miajadas (1962) en Cáceres; Cortichelles (1962) en Valencia y El Trobal (1962) en Sevilla, firmado juntamente con José Luis Fernández del Amo, posiblemente porque Ayuso había pedido la excedencia que le fue concedida en febrero de 1963.
Como arquitecto externo al Instituto recibió los encargos de Vegas de Almenara (1963) en Sevilla; los pueblos almerienses de San Francisco y San Isidro (en Huércal Overa) y el pacense de Torrefresneda, todos de 1964, y el último pueblo de San Agustín (1968) en Almería, cuando el INC ya estaba en sus últimos años de existencia.
En los 24 años que median entre 1944 y 1968, Ayuso construyó los citados 24 pueblos. Los de menor tamaño fueron construidos en la cuenca del Duero, y los mayores, formados por más de 300 viviendas, son El Trobal y San Agustín. Realizó diferentes propuestas en los trazados urbanos con diversos criterios. Por un lado, el de separar las circulaciones entre personas y carros. Otro fue, para evitar calles muy largas, utilizar recursos tales como el desplazamiento de las manzanas para que las visuales quedasen interrumpidas, es el caso de Nava de Campana. Por último, quiebros y curvas en el trazado de los viales, como en Casar de Miajadas. En 1953 había proyectado el pequeño núcleo de Arrabal de San Sebastián, donde la mitad de las 22 parcelas se agrupaban en un pequeño sector circular. Ayuso fue sensible a las indicaciones del INC respecto a evitar las largas perspectivas, y este incipiente ensayo de trazado curvo se desarrollaría en mayor medida unos años más tarde.
En efecto, Ayuso propuso en Casar de Miajadas una serie de calles curvas, cerrando una circunferencia en cuyo centro se dispusieron la iglesia, el ayuntamiento y las artesanías. En Pizarro las 14 manzanas de viviendas son todas diferentes y, para romper la monotonía de una fachada plana, planteó girar las parcelas respecto a la fachada de la calle, de modo que las casas quedaban ligeramente retranqueadas unas respecto a otras para producir un efecto de diente de sierra. La red viaria se dispuso en Vegas de Almenara parcialmente cubierta y fue una opción que ya había experimentado unos años antes José Antonio Corrales en Llanos de Sotillo (Jaén).
Ayuso ensayó por tanto en sus trazados varias posibilidades de ordenación: tramas ortogonales o romboidales, separación o no de circulaciones, superposición de dos mallas, calles curvas, fachadas retranqueadas en diente de sierra y viales semicubiertos. Y como conclusión se puede decir que el INC impulsó a través de la actividad profesional de sus arquitectos un gran laboratorio urbanístico experimental.
En la arquitectura religiosa de Ayuso se podría destacar la cubierta de la iglesia de Nava de Campana, donde incorpora unos faldones inclinados que cambian alternativamente su pendiente cada dos pórticos. Es inevitable la referencia al Instituto de Herrera de Pisuerga de Corrales y Molezún construido unos años antes. La planta cuadrada del templo de San Agustín de 1968 es una adaptación a las directrices emanadas del Concilio Ecuménico Vaticano II, celebrado entre 1962 y 1965.
En relación con las técnicas constructivas, utilizó materiales sencillos, de la tradición popular, como los muros de mampostería o las fábricas enfoscadas y encaladas. También empleó el ladrillo cerámico cara vista, como en Nava de Campana y Sanjuanejo, muchas veces alternado en la planta alta de las viviendas con paredes blancas, solución que también adoptaron otros arquitectos. En su último proyecto para San Agustín propuso una solución absolutamente novedosa: la utilización de la fábrica de ladrillo cara vista, pero pintada de blanco. Esta alternativa no se ha localizado en ningún otro núcleo de colonización. Este pueblo está incluido en el Registro Docomomo Ibérico.
Biografía a cargo de Miguel Centellas
Bibliografía
- CENTELLAS SOLER, Miguel, “Jesús Ayuso Tejerizo. Arquitecto funcionario del INC”, en AA VV Otra historia. Estudios sobre arquitectura y urbanismo en honor de Carlos Sambricio, Lampreave, Madrid, 2015, págs. 146-155.
- ÁLVARO TORDESILLAS, Antonio, Pueblos de colonización en la cuenca del Duero, Junta de Castilla y León, Salamanca, 2010.
- CALZADA PÉREZ, Manuel, Itinerarios de Arquitectura nº 3. Pueblos de colonización I: Guadalquivir y cuenca sur, Fundación Arquitectura Contemporánea, Córdoba, 2006.