Hospital Psiquiátrico

El hospital psiquiátrico se sitúa en las afueras de la ciudad, en unos terrenos de suave pendiente desde los que domina la vista sobre los alrededores.

El programa se desarrolla en diez edificios independientes relacionados entre sí mediante pérgolas y espacios libres para conseguir una lectura unitaria del conjunto. Los edificios, prismas de geometría sencilla, distintas alturas y ordenados y generosos huecos, se presentan enfoscados y pintados de color blanco, sin más ornamento que una fina línea de coronación de cubierta. La estructura metálica queda en muchos de ellos vista en la planta baja modulando el impoluto cerramiento y sus controlados huecos. Un eje principal en dirección NO-SE ordena el proyecto situando el edificio de mayor interés justo en el punto medio de éste. La capilla, de planta rectangular y reducidas dimensiones, deja vista la estructura metálica que sostiene una fina losa de hormigón, que vuela en todo el perímetro asumiendo un claro compromiso con la modernidad. La implantación del conjunto es reflejo de la organización según el grado de enfermedad de los pacientes. En el extremo norte del eje, como cabecera, se sitúan los bloques de mayor altura: el de «Mujeres y comunidad». y el de «Servicios médicos y Hombres», dedicados a pacientes graves. Unido a este último, formando una U, encontramos el elegante edificio de administración, de una planta, desde el que se realiza el acceso al conjunto. Una fina losa de hormigón como cubierta caracteriza este elemento frente a los demás subrayando su carácter horizontal. De manera simétrica con respecto al eje norte-sur se sitúan los dos grupos de tratamiento: la «Colonia y asilo de hombres» hacia el oeste y la «Colonia y asilo de mujeres» al este. La colonia de hombres incorpora talleres en su programa. Los dos asilos, de una planta, disponen de comedor y enfermería. En el asilo de mujeres, por su proximidad a la capilla, se ubica la cámara mortuoria y la sala para dolientes. Los talleres femeninos se alojan en el último de los bloques, el de «Servicio», donde se ordenan frente a la cocina y en torno a un patio.

El programa se construye con una gran dimensión social y humana en el que el empleo inteligente de las escalas en los espacios libres permite graduar la intimidad de su carácter, participando de la generosa convicción moderna de que la arquitectura también puede sanar.
Marta Santofimia Albiñana